Hace diez años, Gotô fue secuestrado. Nunca ha llegado a saber quién lo hizo ni por qué. Desde entonces ha permanecido encerrado en una prisión privada y su único contacto con el mundo exterior han sido un televisor y las voces de sus carceleros. Ha perdido la razón prácticamente y tantos años de aislamiento lo han transformado en una persona distinta, en un ser letal. Un día, sin embargo, se despierta y se encuentra al aire libre. Gotô desconoce los motivos por los que ha sido liberado, pero sabe que ha llegado la hora de urdir una terrible venganza. Tras iniciar una búsqueda sangrienta, halla la pista que le revela la identidad de su torturador; al parecer, se trata de un antiguo compañero de instituto movido por el rencor. Finalmente, Gotô intentará descubrir las razones que alimentaron tanto odio y motivaron su secuestro, pero le resultará casi imposible: le han manipulado la memoria y, si quiere acabar de una vez por todas con su despiadado enemigo, tendrá que recuperar sus recuerdos.